¡HASTA EL MÁS MÍNIMO DETALLE… CUENTA!
El abordaje del texto narrativo literario implica una amplia
visión y un estudio exhaustivo del mismo para lograr una interpretación
total de cada aspecto que comprende el texto. Sin embargo, nos enfrentamos a
una realidad que vale la pena considerar, la ausencia del gusto por la
literatura. Es así como se deben establecer pautas para la interpretación del
relato, que a su vez fomenten el deleite por el mismo, pero, ¿cómo implementar diversas
formas de abordar el texto narrativo literario?
Para abordar el relato nos podemos valer de diversas teorías
que lo analizan de una forma u otra, desde perspectivas y puntos de vista
diferentes. Según Todorov, para empezar debemos considerar el hecho de que
“todo texto se deja descomponer en sus unidades mínimas” y de que “el
procedimiento de análisis tiende a delimitar los elementos a través de las
relaciones que los unen” según Benveniste; es de esta forma, como se puede
establecer, en particular, que el texto “el corazón delator”, posee una serie
de características que lo identifican y lo hacen único, teniendo en cuenta, que
cada aspecto que se relata durante el cuento adquiere significado y es así,
como Todorov indica que el sentido aparece en la obra cuando cada elemento se
relaciona con otro para adquirir una verdadera significación[1].
Según la terminología tomada de Benveniste, abordaremos una
clasificación de las funciones o unidades de sentido: las unidades
distribucionales. Éstas muestran el encadenamiento; constituyen el hilo
narrativo, “remiten a una operación”, es decir a un “acto complementario y
consecuente”[2] este punto hace alusión a lo
anteriormente enunciado por Todorov, ya que a partir de cada elemento se va
constituyendo la intriga o trama de la historia, como se evidencia claramente
en el cuento de Poe, pues se reproduce una dinámica que entrelaza de un
modo u otro los hechos y situaciones que acontecen; dicho acontecimiento trae
consigo otro que lo complementa y a su vez da inicio a otro escenario.
Por otro lado, Bremond menciona que el relato es un discurso
que constituye una sucesión de acontecimientos de interés humano en la unidad
de la misma acción[3]; de este modo, hace referencia a
que el texto comprende una serie de situaciones que se entrelazan con otras,
dando pie a una relación de consecutividad que permite una sucesión de los
hechos como nos muestra Poe en su cuento, ya que la ansiedad y el desespero que
se observa en el narrador lo conlleva a cometer un crimen casi perfecto.
También se presenta en el cuento una deducción, es decir, un razonamiento
en el que unos elementos implican a otros[4], lo que es
evidente, cuando el narrador comete el asesinato y luego confiesa el crimen de
manera horrorizada, argumentando que escucha al corazón del viejo delatando su
culpabilidad.
De acuerdo a lo mencionado podemos determinar un elemento
fundamental dentro del texto “el personaje”. Respecto a esto, el Grupo “M”
considera que el sistema de índices puede definir a los personajes pero su
carácter “se afirma ante todo en la acción, en su desarrollo como agentes”[5]; es decir, la acción que comete el personaje es la
característica que lo identifica, como se manifiesta en la conducta homicida
que asume el narrador, conduciéndolo al asesinato y posteriormente a la
pretensión de haber oído el corazón batir a distancia, pese a su aguda
sensibilidad, es la evidencia del desvarío y la locura; éstas representan y
determinan aspectos y rasgos que posibilitan el reconocimiento del personaje.
En esta instancia, cabe citar a Greimas cuando se refiere a que los actantes se
definen en el relato a partir de su tipo de intervención; es decir, no por lo
que son sino por lo que realizan dentro de una determinada esfera de acción,
por el papel que representan[6].
Es de esta manera, como el texto permite connotar diversidad
de elementos que juegan un papel fundamental dentro del desarrollo de la trama.
La connotación permite establecer nueva relaciones significativas, distintas de
las convencionales, revelando en gran parte la individualidad del autor¹; el
texto el corazón delator, manifiesta diversidad de percepciones (aspectos
a connotar) como el “ojo de buitre”, la relación entre el viejo y el narrador,
mostrando que cada detalle adquiere un valor dentro del texto y posee distintos
modos de comprensión. Por un lado el “ojo de buitre” podría simbolizar la
vigilancia paterna y hasta los principios heredados sobre lo que está bien y lo
que está mal. Es ambigua la relación entre el viejo y el narrador;
tampoco se sabe nada de sus nombres, sus ocupaciones y lugar de residencia.
Esta ambigüedad es como un contrapunto irónico al cuidado del detalle que se
manifiesta; el narrador puede ser un sirviente, o incluso el hijo del viejo.
En conclusión, para realizar un análisis estructural, hay,
pues, que distinguir primero varias instancias de descripción y colocar estas
instancias en una perspectiva jerárquica (integradora). Es así, como en este
análisis se puede definir la locura como la evaluación negativa a todo lo que
es extraño a lo establecido, a todo lo que sale de los parámetros aceptados
como normales. El sentido textual está matizado por las valoraciones que el
lector elabora del texto literario, dado que la polivalencia es
indiscutiblemente una característica propia de ese tipo de discursos; sin
embargo, una interpretación permite afirmar que el autor cuestiona a la
sociedad y al orden social que sanciona a todo individuo que no responde al
“patrón común”.
REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS
· BERISTÁIN,
Helena, Análisis estructural del relato literario
· BARTHES
Roland, Introducción al análisis de los relatos-1966
· GREIMAS,
Algirdas (1976). Semántica Estructural. Editorial Gredos, España.
· POE,
Allan Edgar (1843) “El corazón delator” E.E.U.U
[1] Beristáin Helena, Análisis
estructural del relato literario, Limusa-Noriega Editores
[2]Benveniste, 1976- Cuadro sinóptico
(Análisis estructural del relato literario-Beristáin Helena)
[3] Barthes Roland, Introducción al
análisis estructural de los relatos- 1966
[4] Beristáin, Análisis estructural
del relato literario-1977
[5] Beristáin Helena, Análisis
estructural del relato literario- Grupo “M”-1970
[6] Barthes Roland, Introducción al
análisis de los relatos-1966- (Greimas-1971)
No hay comentarios:
Publicar un comentario