HACIA EL PLANO DEL DISCURSO…
En busca de comprender de forma certera el relato en
general, analizando cada aspecto que lo caracteriza, lo integra y las partes en
las cuales se descompone, han surgido multiplicidad de teorías que lo
fundamentan y a su vez dan paso a un análisis profundo del mismo. Sin embargo,
cuando nos enfocamos hacia la distinción desde el plano del discurso podemos
observar, formas y modos diferentes de abordar el relato, es entonces cuando
cabe cuestionar, ¿qué análisis se establece en el relato de acuerdo al plano
discursivo?
Como primera medida, se debe determinar que, al analizar el
relato desde el nivel del discurso, estamos investigando los modos que adopta
la exposición de la historia en él[1]. Se debe tener en
cuenta, que el discurso manifiesta unas características propias y no se adapta
a los ordenamientos de la historia; al contrario plantea nuevas percepciones,
impone un orden y una lógica propios del discurso; es relevante resaltar que en
el plano discursivo se confrontan dos universos; el peculiar de la
historia que hace referencia al estudio exclusivamente del relato y el
universo lingüístico, cuyos elementos, se gobiernan conforme a ordenamientos
propios[2].
De acuerdo a lo enunciado anteriormente, el Grupo “M”,
señala que el discurso establece entonces, un orden propio referente al orden
de la historia y es allí, donde se puede identificar en particular, la
coincidencia exacta como ocurre en el discurso de los diálogos, donde el actor
personaje es el único vehículo del proceso de enunciación puesto que no hay
narrador; este criterio es evidente en la obra la zapatera prodigiosa de
García Lorca, ya que la trama surge de acuerdo a la acción que desempeña
cada personaje, y es así como se desarrolla la dinámica de la misma.
La representación del espacio en el discurso es fundamental,
no obstante se debe considerar el hecho de que al contrario del escenario que
se manifiesta en la narración a través del discurso; en el teatro se presenta
de una forma diferente, pues implica una materialización del espacio por parte
del lector, tratando de interpretar lo que el autor quiso mostrar en esa situación[3]; y es así, como los espacios donde ocurren los
actos de la obra la zapatera prodigiosa suceden en la casa de la
zapatera y en el taller de su esposo; en el segundo acto ocurren los hechos en
casa de la zapatera pero ésta se ha encargado de transformarla en una taberna.
Otro factor fundamental que procura el análisis de la obra es la temporalidad.
Ésta temporalidad se determina en la obra de García Lorca, de acuerdo a las
características que presentan los personajes se puede establecer que se
desarrolla en un escenario de principios del siglo XX.
Por otra parte la temporalidad de la historia en relación
con el discurso, según el Grupo “M”, hace referencia a que “la narración
se abre y se cierra en el tiempo diegético, así como el discurso se abre y se
cierra en la instancia enunciativa. Entre los vacíos que lo preceden y lo
prolongan, desenvuelve su duración”; es decir, que la temporalidad maneja los
tiempos en los cuales se desarrolla cada situación dentro de la obra y es así,
como se asienta una relación de consecutividad (antes-después), que es
semejante a la de causalidad (causa-efecto)[4]; de
esta aseveración podemos derivar que dentro de la obra, suceden hechos que
precisan otros, como la inconformidad que manifiesta la zapatera a su esposo,
conlleva a abandonar a su esposa “la zapatera”.
En este caso, como citamos una obra teatral podemos
establecer, de acuerdo a lo enunciado por Segre, que la acción dramática está
constituida por “una sucesión de momentos presentes” que transcurren en el
escenario, por tal motivo, la obra de García Lorca presenta dos actos, dentro
de los cuales se desenvuelven una serie de hechos y situaciones que le dan
continuidad a la trama “intriga”. Dentro de la temporalidad de la lectura,
Todorov plantea que “ser irreversible por convención”[5],
nos supone una lectura desde el principio hasta el final del texto, de modo que
se puedan comprender aspectos como los anteriormente mencionados, es decir, que
posibilite la interpretación de un acontecimiento; como en la zapatera prodigiosa, el
hecho que considera el abandono del zapatero hacia su esposa y la incertidumbre
que se provoca en la zapatera por el desconocimiento de su rumbo.
A manera de conclusión, se puede determinar que el análisis
crítico del discurso implica, entonces, que debe poner atención no sólo a su
forma textual, su estructura y organización en todos sus niveles, sino además
requiere conectar las dimensiones del texto con la práctica discursiva, para
lograr visualizar cómo hablantes y oyentes hacen uso de razonamiento
inferencial y de sus procesos cognitivos para articular los distintos niveles
de información de un evento). En suma, se trata de un análisis intertextual
donde el texto se expande más allá de lo que se dice hacia aquello que
realmente se quiere decir o comunicar[6].
REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS
· Beristáin
Helena, Análisis estructural del relato literario, Plano del discurso.
· Bolívar,
A. 1992. "Una metodología para el análisis interaccional del texto escrito". Boletín
de Lingüística 8(Univ. Central de Venezuela): 22-37.
· Federico
García Lorca. La Zapatera Prodigiosa.
· Van
Dijk. 1995. "De la gramática del texto al análisis crítico del
discurso". Boletín de Estudios Lingüísticos Argentinos.
[1] Beristáin Helena,
Análisis estructural del relato literario, Plano del discurso: 89.
[2] Beristáin Helena,
Análisis estructural del relato literario, Plano del discurso: 89
[3] Beristáin Helena,
Análisis estructural del relato literario, Plano del discurso: 96.
[4] Beristáin Helena,
Análisis estructural del relato literario, Plano del discurso: 100.
[5] Beristáin Helena,
Análisis estructural del relato literario, Plano del discurso: 110.
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